La sostenibilidad real no se empaca: se construye desde la raíz

Diseñar un empaque sostenible es un buen comienzo, pero es solo la superficie. La sostenibilidad real empieza mucho antes y termina mucho después.

La sostenibilidad real no se empaca: se construye desde la raíz
Photo by Agenlaku Indonesia / Unsplash

¿Y si el packaging fuera solo la punta del iceberg?

La frase parece sencilla, casi obvia. Pero es una bomba de profundidad para quienes trabajamos en el mundo de los alimentos y el marketing gastronómico.

Vivimos en una era donde lo “eco-friendly” vende. Donde los colores verdes, los empaques biodegradables y las etiquetas con hojas dibujadas generan empatía instantánea. Pero como bien afirma el experto Guillermo Dufranc en Infopack Internationalel packaging no es sostenible por sí solo; lo que lo hace sostenible son todas las acciones que lo rodean.

Y aquí está la trampa: nos estamos enfocando en la superficie, en lo que se ve, en lo que el consumidor toca, cuando la verdadera huella de carbono, el verdadero impacto social y ambiental, está bajo el agua… justo como el iceberg.


Ecodiseño: el futuro del branding gastronómico

“No debería existir el diseño sin ecodiseño”, dice Dufranc. Y tiene razón. Hoy, hablar de diseño sin hablar de impacto ambiental es como hablar de comida sin hablar de nutrición. Ya no basta con que un empaque sea bonito. Debe ser responsable, funcional, reciclable y, si es posible, regenerativo.

Pero vamos más allá. Porque la sostenibilidad no empieza en el empaque, ni termina en la basura. Es una cadena. Y como toda cadena, es tan fuerte como su eslabón más débil.


Los eslabones invisibles de la sostenibilidad alimentaria

Para comprender este nuevo paradigma, necesitamos mirar todo el proceso con una lupa estratégica:

🔍 Materia prima:
¿De dónde viene lo que producimos? ¿Está cultivado de forma regenerativa o bajo sistemas intensivos que erosionan el suelo? ¿Se respetan los ciclos naturales, se cuida la biodiversidad, se optimizan recursos como el agua?

🔍 Producción:
¿Usamos energías limpias en nuestros procesos? ¿Reducimos el desperdicio en planta? ¿Tenemos indicadores de eficiencia energética? ¿Podemos transformar subproductos en valor?

🔍 Empaque (sí, también):
¿El material proviene de fuentes recicladas? ¿Es compostable, reutilizable, reciclable de forma real, no solo teórica? ¿Optimizamos el tamaño del empaque para reducir consumo y volumen?

🔍 Logística y transporte:
Aquí hay un elefante en la habitación. ¿Cuánto CO₂ emitimos para llevar nuestros productos del punto A al punto B? Una botella puede ser reciclable, pero si recorre 3.000 kilómetros en camión, su huella es altísima.

🔍 Punto de venta:
¿El local donde se vende está alineado con prácticas sustentables? ¿La energía es limpia? ¿Se evita el plástico de un solo uso? ¿Hay comunicación educativa para el consumidor?

🔍 Consumo y postconsumo:
¿El producto incentiva el consumo responsable? ¿Se puede reutilizar el envase? ¿Existe una estrategia clara de recolección o disposición?


La Revolución Greendustrial: un cambio de raíz

Guillermo Dufranc lo resume en su libro La Revolución Greendustrial: no se trata de adaptar pequeñas cosas, sino de repensar el modelo completo. El marketing verde ya no puede ser un apéndice; debe estar en el corazón del negocio.

Esto no solo es una exigencia ética. Es una oportunidad comercial. Según una encuesta de IBM, el 77% de los consumidores están dispuestos a pagar más por productos sostenibles. Pero no cualquiera: buscan transparencia, trazabilidad, coherencia.


¿Qué puede hacer tu marca desde hoy?

📌 Audita tu cadena: no para encontrar culpables, sino para encontrar oportunidades.

📌 Educa a tu consumidor: no lo trates como alguien ingenuo, trátalo como un aliado. Explícale lo que haces y por qué lo haces.

📌 Conecta con proveedores conscientes: no se puede construir una marca sostenible con aliados que no lo son.

📌 Diseña con propósito: desde la receta hasta la caja. Cada decisión cuenta. Y sí, el empaque también.

📌 Mide y comunica tu impacto: sin métricas no hay mejora. Y sin relato no hay conexión.


Reflexión final: ¿sostenibles o solamente estéticos?

El consumidor ya no se conforma con etiquetas verdes. Pregunta, investiga, compara. Y tú, como marca, ¿estás preparado para esa conversación?
Porque la sostenibilidad no es una campaña. Es una filosofía operativa. Una visión de largo plazo.
Una promesa que se cumple desde el campo hasta el contenedor de reciclaje.

El empaque puede ser hermoso. Pero lo verdaderamente valioso es lo que hay detrás.