El Pernil de Don Freddy: Un Recuerdo Inmortal

El tiempo es un ladrón silencioso, nos arrebata sin previo aviso a quienes amamos y nos deja con el alma desnuda. Pero hay algo que nunca podrá llevarse: los recuerdos que se quedan en nosotros, en las historias que repetimos, en los momentos que atesoramos y, sobre todo, en los sabores que nos devuelven a ellos. Porque la comida no es solo alimento, es memoria. Cada plato es un viaje al pasado, una puerta a las risas compartidas, a los abrazos que extrañamos, a las voces que aún resuenan en nuestra mente.
Don Freddy fue un tipazo, de esos que dejan huella sin esfuerzo, con su risa contagiosa y su manera única de disfrutar la vida. Y si algo lo definía en la mesa, era este pernil: simple, sin pretensiones, pero lleno de sabor y alegría. Para él, la cocina no era solo un acto cotidiano, era un ritual de amor, un motivo para reunirnos, compartir y celebrar la vida.
Cada vez que probemos este pernil, que lo pongamos en una arepa o en un sándwich, estaremos viajando en el tiempo. Estará con nosotros en cada bocado, en cada brindis, en cada historia que contemos a nuestros hijos y sobrinos sobre su abuelo. Su esencia sigue en la música llanera, en el sonido de una polarcita bien fría al destaparse, en el ritmo de un buen guaguancó y, sobre todo, en el amor que nos dejó.
Quiero que Irene, nuestros hijos y toda la familia lo recuerden siempre por lo que fue: un hombre generoso, auténtico, con el corazón más grande y una alegría que iluminaba cualquier reunión. Y quiero que comprendan que, mientras sigamos cocinando sus recetas, mientras preservemos los sabores que nos dejó, nunca se habrá ido del todo.
Porque la comida es más que un plato en la mesa; es historia, es identidad, es amor. Y este pernil será siempre un tributo a Don Freddy, una forma de mantenerlo con nosotros, de honrar su legado y de enseñarles a las nuevas generaciones que en cada sabor hay un recuerdo esperando ser contado.
¡Hasta siempre, Don Freddy!
Pernil al Horno con Mostaza de Don Freddy
(Receta para 6-8 personas, ideal para arepas, sándwiches y reuniones familiares)
Ingredientes
- 1 pernil de cerdo de 6-8 kg
- ½ taza de mostaza Dijon o mostaza tradicional
- 4 dientes de ajo machacados
- 1 cucharada de orégano seco
- 1 cucharada de tomillo seco
- 1 cucharada de pimienta negra molida
- 2 cucharadas de sal gruesa o al gusto
- ½ taza de jugo de naranja (opcional, pero le da un toque especial)
- ½ taza de vino blanco o cerveza rubia
- ¼ de taza de aceite de oliva o manteca de cerdo
Preparación
- Marinado Simple y Poderoso:
En un bol, mezcla la mostaza, el ajo machacado, orégano, tomillo, pimienta, sal, jugo de naranja y vino blanco. Unta generosamente el pernil con esta mezcla, asegurándote de que cada rincón se impregne bien. Haz pequeñas incisiones con un cuchillo para que el aliño penetre en la carne. Déjalo marinar en la nevera entre 12 y 24 horas. - Horneado al Estilo de Don Freddy:
- Precalienta el horno a 180°C (350°F).
- Coloca el pernil en una bandeja para hornear y cúbrelo bien con papel de aluminio para evitar que se seque en la primera fase de cocción.
- Hornea por 4 horas, dándole la vuelta a la mitad del tiempo para que se cocine parejo.
- Dorado Perfecto:
- Retira el papel aluminio y sube la temperatura a 200°C (390°F).
- Unta un poco de aceite de oliva o manteca de cerdo en la superficie para que tome un dorado parejo y hornea por 30-40 minutos más, hasta que la corteza esté bien caramelizada.
- Reposo y Servido:
- Deja reposar el pernil 20 minutos antes de cortarlo para que los jugos se redistribuyan dentro de la carne.
- Desmecha la carne con un tenedor o córtala en trozos gruesos.